Te invito a compartir mi pasión por la taracea descubriendo este arte milenario y a recorrer algunos de los instantes captados a través de la lente de mi cámara.
Los pinceles dieron paso al bisturí, los trazos y pinceladas a las vetas y texturas de las maderas, y son ellas las que mágicamente dan vida a la obra.
Taracear consiste en cortar y ensamblar, de modo totalmente manual, delgadísimas láminas de distintas maderas, las que conservan sus tonos y características originales.
Cada pieza es cuidadosamente elegida entre cientos de distintas maderas hasta que el artista encuentra los colores y matices apropiados para plasmar lo que imaginó.
El trabajo se realiza a través del uso de una herramienta de corte manual. Recortando y combinando armoniosamente las vetas, tonos y texturas propias de cada madera, el artista logra una composición única e irrepetible.
Hola soy Alejandro Jurczuk; la taracea, el dibujo y la fotografía son mi pasión y mi medio de expresión. Nací en Buenos Aires y vivo en la Patagonia en la ciudad de San Carlos de Bariloche desde 1994, me dedico a crear obras únicas con las maderas más selectas. Mis trabajos han sido exhibidos en Argentina y alrededor del mundo, llevando mi pasión por la taracea a lugares tan diversos como Italia, Francia, Estados Unidos y Japón. Me llena de felicidad saber que mis obras forman parte de colecciones privadas en más de una docena de países. ¡Descubre más sobre mi arte y mi trayectoria!
La fotografía fue siempre una aliada al momento de capturar una imagen o un instante que me ayude en la creación de una nueva obra de taracea, si bien el dibujo fue siempre el punto de partida para mi trabajo, la fotografía fue ganando espacio y se convirtió en un camino paralelo que me permite desarrollar mi creatividad de manera distinta. Hoy ya tiene su propio espacio, dejó de ser esa herramienta en la que me apoyaba cuando no había suficiente tiempo para dibujar. La fotografía ahora me sirve para captar la magia de un momento, contar una historia o simplemente captar un instante que quizás no vuelva a repetirse. Te invito a sumergirte en esta colección de momentos congelados en el tiempo, donde la luz, el color y la textura se unen para dar vida a una nueva obra.
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